UNAS ELECCIONES DE TREMENDA IMPORTANCIA.

Rafael Valera.-

Este jueves pasado, día 23, se ha iniciado la campaña electoral para las elecciones al Parlamento Europeo que, en España, se celebrarán el día 9 de junio. Diferentes son los estudios demoscópicos que se han realizado sobre estas elecciones –no me refiero a los dirigidos a pronosticar el sentido del voto, muchos de ellos carentes de rigor y con intención de influir en la posición del electorado, sino a estudios serios que profundizan en la opinión que la ciudadanía tiene con respecto a estas elecciones.

Dos ha sido los estudios publicados que merecen ser tenidos en cuenta a la hora de realizar un análisis sobre qué pensamos los electores sobre esta importante cita electoral. El más profundo, tanto por el número de la muestra (unas 3.500 personas encuestadas), como por el número de preguntas que se realiza a cada una de ellas, es el barómetro del CIS publicado el mismo día 23 de mayo. El segundo estudio, con una muestra de entorno a la tercera parte de la del CIS, es el elaborado por Cluster17 para Agenda Pública y que se dio a conocer la semana pasada.

Aquí hemos de resaltar dos cuestiones, las fechas del muestreo varían poco y, aunque ambos estudios conceden relevancia a la política exterior, en cuanto a la presencia e influencia de España en la Unión Europea, no han podido medir la repercusión que haya podido tener en el electorado el anuncio oficial del Presidente del Gobierno del reconocimiento de Palestina como estado independiente. Las respuestas que se obtienen están basadas en la posibilidad ya dada a conocer, por los medios de comunicación, se llevarse a cabo de manera coordinada con otros países de la Unión.

A tenor del análisis de los datos que nos proporcionan los estudios citados, podemos afirmar que las elecciones al Parlamento Europeo no son percibidas por el electorado con la importancia que tienen. Porque aun siendo un 64% las personas que responden que: “están muy interesadas/bastante interesadas en estas elecciones, nos encontramos con tan solo un 4,6% de encuestados que le otorgan la mayor importancia a las mismas y un 16,8% que las sitúa en segundo lugar, tras las generales. (imágenes 1 y 2). Pero, sin embargo, la gran mayoría (62.5%) de las personas encuestadas consideran que estas elecciones son más importantes que las celebradas hace cinco años, al igual que a un 75% le gustaría que el Parlamento Europeo tuviera un papel más importante. Son datos algo contradictorios, sin duda, pero que ponen de relieve la necesidad de hacer una campaña pedagógica sobre la influencia, cada vez mayor, que tiene en nuestro día a día la política de la Unión.

Ese sería el objetivo, hacer pedagogía y dar a conocer con mayor ahínco la importancia de las políticas comunes de la Unión Europea.

Pero aquí nos vamos a encontrar con bastantes inconvenientes, pues no todas las formaciones tienen ese mismo objetivo. Unas porque buscan más la confrontación en política nacional y otras, porque solo buscan el ruido. Están en eso que se ha venido a llamar “política discoteca”.

Esta forma de actuar consiste en lanzar consecutivamente mensajes ruidosos, como las canciones en las discotecas; que esos mensajes sean poco claros, como la visión dentro de una discoteca; y aflorar escándalos constantes, como las cortinas de humo que nos envuelven en las noches de baile.

Para comprender mejor cómo funciona esta “política discoteca” podemos recurrir al experimento del “gorila invisible”. Experimento llevado a cabo por Christopher Chabris y Daniel Simons, y que resulta sorprendente a las personas que no lo conocen. Sus resultados nos hablan de cómo funciona nuestra atención selectiva y de los errores que podemos cometer con ella. (recomiendo buscar en Google este experimento y leerlo con atención, nos daremos cuenta cómo se puede “distraer” la mente para que ignoremos algunas cosas de las que suceden a nuestro alrededor, por evidentes que sean, o para que prestemos atención a otras que nos muestran de manera “invasiva”.

Es esta, la “política de discoteca”, la que se lleva tiempo practicando, no solo en España, sino de manera coordinada por la internacional ultraderechista.

Porque la mayor parte de la ciudadanía ignora que existe esa “internacional ultraderechista”, Que esta internacional está manejada desde los EE.UU. y por los sectores más reaccionarios del Partido Republicano que, seguidores de Donald Trump, son negacionistas del cambio climático, acérrimos seguidores del “anarcocapitalismo” y que responden a las estrategias diseñadas desde Atlas Network, la cabeza estadounidense de una red de más de 500 centros de estudios, con mucha presencia en América Latina, y destinados a difundir el ideario de la derecha republicana estadounidense más reaccionaria. Atlas Network se financia en parte con fondos de la Administración estadounidense y, sobre todo, con fondos de empresarios cercanos a los republicanos de Donald Trump, de petroleras como Exxon Mobil, o como la empresa Koch Industries,

En España, entre otros, tiene relaciones con la FAES e instituciones como el Centro Diego de Covarrubias, la Fundación Civismo, el Foro Regulación Inteligente, la Fundación para el Avance de la Libertad, Institución Futuro, Instituto Atlántico de Gobierno y la Red Floridablanca. Todas ellas, ideológicamente similares.

La presencia de Milei en España, en el acto de Vox, no es casual, responde a esa estrategia y pretende trasladar esos pensamientos reaccionarios al “corazón de Europa”, el Parlamento Europeo. Llevan años intentándolo a través del Centre for the New Europe de Bruselas.

Atlas Network controla en Argentina 12 “think tanks”, uno de esos, Fundación Atlas, entregó un premio a Milei en 2018 y en España, el Instituto Juan de Mariana, tienen previsto entregarle uno similar el próximo día 21 de junio. De ahí el nuevo viaje a España –no sabemos si privado, pero pagado con dinero público- del ultraderechista Milei.

El director del Juan de Mariana es el periodista Manuel Llamas, que trabaja para el Grupo Libertad Digital – el de Federico Jiménez Losantos-, fue jefe de gabinete de Javier Fernández-Lasquetty cuando este era consejero del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y es un hombre de la órbita de José María Aznar. En el núcleo duro del Juan de Mariana aparecen más hombres de Libertad Digital como Diego Sánchez de la Cruz (también ligado a la CEOE), Daniel Rodríguez Herrera o Domingo Soriano Sánchez y la financiación de este “tinglado” viene de la mano de Libertad Digital que, a su vez, lo recibe de las administraciones controladas por el PP, con la Comunidad de Madrid a la cabeza. Como vemos, se va cerrando en círculo que engloba a lo más “selecto” de la fachosfera española.

No es tarea fácil la que tenemos por delante. Son muchos los resortes de los que dispone el poder económico. Muchos los medios de comunicación que, gustosamente, se prestan a contribuir en la propagación del ruido, el bulo y la mentira. Frente a ellos, nos queda la capacidad de hacer reflexionar a las personas, de hacer pedagogía, de llamar a la rebeldía y el espíritu crítico de aquellas que tienen conciencia y, sobre todo, no caer en la desesperanza. Porque si somos capaces de movilizar a ese más del 40% que se muestra remiso a acudir a votar, las derechas tendrán más dificultades para expandir sus ideas reaccionarias.