PARA USTED LA PERRA GORDA

Alberto Pérez Carbonell.-

Comentar una vez más el cinismo del PP es algo que casi no merece la pena. Vale más invertir esas energías en seguir apoyando este Gobierno, ya que la legislatura promete ser larga. Pero, me digo eso y lo contrario. Feijóo, el PP y la señora madre que los alumbró dan titulares todos los días respecto a la forma cínica de entender la política, sobre todo la que ellos practican a diario. No vale sorprenderse por ello, pero resulta inevitable esbozar al menos una media sonrisa ante el esperpento que hoy, recién conseguido el acuerdo de renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), nos ofrecen las primeras declaraciones de los capitanes de este peculiar partido, mitad banderín de enganche de cualquier sinvergüenza que quiera dedicarse a la política, mitad escuela del embrollo, el enredó y la confusión. Es decir, el que quiera doctorarse en el arte facilón de mentir con toda naturalidad, que se haga el favor de acudir a Génova 13, que allí le adiestrarán para estos menesteres, tan útiles y comunes en la forma de actuar del partido más podrido de Europa.

Después de más de cinco años de bloqueo en la renovación del CGPJ por parte del PP, después de rogarles en todos los tonos que dicha institución tenía que ser cambiada, después de convivir con esa cantinela casi dos mil días, ahora resulta que gracias a ellos, a su maravillosa forma de entender la política de este país y a su empatia por las causas nobles, los voceros de esta piara de energúmenos fascistas tratan de apuntarse el tanto del acuerdo, obviando el esfuerzo – durante años- de Pedro Sánchez, sus socios, cualquier demócrata de este país y, sobre todo, la Comisión Europea, mediador internacional que Sánchez se buscó. Lo cual no es de extrañar dada su habilidad para negociar asuntos huesudos. Basta con volver a recordar el apelativo que recibió en sus negociaciones -siendo bien jóven- en la desaparecida Yugoslavia: el «bronce», le llamaban sus colegas. Claro está que el bronce siempre será un elemento más duro que una nécora, que una papelina de coca o una dosis de «caballo», sustancias con las que, algún tiempo atrás, el «farlopas» Feijóo se encontraba perfectamente familiarizado.

Así que, Dolors Monserrat, la que fue ministra de Sanidad en el gobierno de M. Rajoy, destacada miembro del PP en Europa, experta en poner zancadillas para impedir este acuerdo, ahora se apunta el tanto de haber trabajado con ahínco para conseguirlo. No vale cabrearse. Nos esperan días en los que la consigna del PP ha de ser esa: el logro es nuestro, Sánchez no tiene nada que ver.
Se apunta a esta estrategia el también embustero patológico, Esteban González Pons, otro cuentista en Europa desde 2014 que ha negado el pan y la sal a todo principio de acuerdo, en calidad de potavoz de la Delegación Española del Grupo Popular en el Parlamento Europeo. Que digo yo que, con este pedazo de título -más largo que un día sin pan- bien podía haber hecho algo más por la independencia del Poder Judicial de nuestro país, que falta le hace dada la afición de su partido ( PP) por seguir mangoneando la punta de lanza de este golpe de togas que «disfrutamos» en España desde hace algún tiempo.

Feijóo también se apunta a salir a escena. El teatrillo ya está montado. Y nos dice «el increible trabajo que ha costado convencer a Sánchez para poder llegar a este acuerdo» . Esta nueva majadería, este nuevo embuste, es sólo obra suya, de él solito. A este elemento le dejas solo y se cuenta sus propias mentiras con tal convicción que acaba por creérselas al pié de la letra. Las malas lenguas cuentan que cuando va al psiquiatra es él quien hace las preguntas y el médico quien se tumba en el diván. Así se asegura de que el diagnóstico sea el que más le conviene al gallego.
¿Calla la Ayuso? Ya veremos. Momentos antes de la firma, vació la señora su cántaro de elocuencia doctas, diciendo que no se le podía dar a Sánchez la posibilidad de utilizar a los jueces, si se llegaba a un consenso respecto a la renovación del CGPJ. Repito, no vale cabrearse. Si hemos llegado hasta aquí con esta gentuza, sin cortarnos las venas, hagamos un último esfuerzo. Si, ya sé. Esta también se apunta a echar la culpa a Sánchez de manipular a los jueces, cuando su partido lo lleva haciendo desde 1978, con gran regocijo de los jueces afines al fascio español.

Por esas y otra razones, aplaudo la frase del Presidente Sánchez: «Para usted la perra gorda», dedicada a las cínicas explicaciones del «farlopas» Núñez Feijóo, imagen viva de un ganster gallego venido a menos.
Por tanto, el triunfo es tuyo, Presidente. Tu ultimátum surtió efecto: «O llegamos a un acuerdo de inmediato o este Gobierno hace al respecto lo que crea conveniente»
Mano de santo, oiga…