Alberto González González.-
Desde que VOX ha entrado en las instituciones, en España ha decaído la calidad democrática así como la convivencia entre los españoles, son bastante culpables de la máxima crispación que se da tanto en las instituciones como en la vida diaria, pero en este viaje ha sido acompañado VOX por el PP, máximo exponente de la entrada de VOX en comunidades y ayuntamientos, de ahí esa colonización que ha llevado a cabo VOX con el PP.
Se ve a diario como VOX empuja al PP aprobando leyes en las comunidades autónomas y acuerdos en los ayuntamientos, reescribiendo la historia de España, y como el PP sin escrúpulos y pudor alguno entra al trapo, lógicamente porque para conseguir el poder ya tuvieron ambos que firmar un acuerdo en el que tenía implícito que para que el PP obtuviera el poder habría de darse esa circunstancia, es decir, pasar por el aro.
El PP está perdiendo todo lo que tenía de partido de estado, y lo está haciendo a pasos agigantados, no son capaces de desligarse de VOX, se están mimetizando con ellos, y en esa mimetización VOX acaba colonizando al PP, y el PP asumiendo todos sus planteamientos, unos planteamientos que nos llevan de regreso al pasado, un pasado que quieren distorsionar.
El PP con aceptar los planteamientos de VOX nos lleva a distorsionar el pasado, porque ahora resulta que la dictadura de Franco no fue dictadura, o equiparar al periodo democrático de la República con la dictadura de Franco, y también reformar en los territorios que gobiernan juntos no se tenga consideración alguna con aquellos represaliados por el franquismo, que aún están enterrados en cunetas o en sitios que quieren averiguar las familias para darles la sepultura que ellos merecen.
EL PP actual, se asimila más a un partido de ultraderecha que a una derecha moderada capaz de llegar a acuerdos puntuales con el gobierno de turno, acuerdos de estado, por ejemplo, la renovación del CGPJ y otros acuerdos para el bien de los ciudadanos, como apoyar la subida de las pensiones, del salario mínimo o un salario mínimo vital, y no estar constantemente yendo al extranjero para hablar mal de España y poner en cuarentena todos los logros del gobierno de su país, al menos, ser un poco patriotas de lo que tienen mucha carencia a pesar de que llenen sus muñecas con la bandera de España, que consideran de su propiedad y no hacen honor a ella, simplemente juegan con ella.
Claramente el PP en los sitios donde gobierna con el apoyo de VOX se ha convertido en una especie de apósito suyo, no tiene capacidad alguna para hacer una política de derecha moderada, pero lo grave que donde gobierna con mayoría absoluta también se están impregnando de todas las ideas de la ultraderecha, de ahí que se confundan una con la otra, ya no es que VOX le marque el camino, es que han cogido el mismo camino ambos partidos, y ya no se diferencian casi en nada.
Lo grave de la cuestión no es que VOX ha colonizado al PP, les ha impuesto su relato, un relato por el que se quiere reescribir la historia de España, un relato que el PP está aceptando sin reparo alguno, un relato que quiere distorsionar la historia real del país, un relato que quienes hemos conocido y vivido los últimos años de la posguerra y del franquismo están poniendo tan en cuestión y que serán las nuevas generaciones las que pagarán ese apagón de la historia que pretenden VOX y PP.
Tengo la certeza de que más pronto que tarde VOX se irá por el sumidero de la política, y que esta derecha radical que tenemos ahora, una derecha comandada por el “moderado” Feijóo, y mandada de hecho, por el radical Aznar y la trompista Ayuso, volverá a la senda de la cordura alejando de sus filas a este tipo de políticos, y renovándose con gente moderada de verdad, si no es así, España se sumirá en una etapa larga de crispación que no va a beneficiar en nada a los ciudadanos, este no es el camino, la derecha debe dejar el lastre que supone la ultraderecha, y buscar acuerdos de estado para tener una democracia sana capaz de llevarnos a las más altas cotas de bienestar a los españoles.
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