CUARESMA

Alberto Pérez Carbonell.-

Tengamos en cuenta, queridos hermanos y hermanas, la zona espacio-tiempo en la que estamos a punto de entrar: la Semana Santa. Nada como estas fechas – ni siquiera Navidad- para adentrarnos en la intimidad de nuestra pobre humanidad y ofrecernos, como penitencia a nuestros excesos, unos cuantos días de recogimiento a modo de ejercicios espirituales; con ánimo de enmienda, naturalmente.

Recordemos que el pecado importa menos si va acompañado, sin excusa ni pretexto, de un claro y sincero arrepentimiento. Sólo así, si se sigue al pié de la letra la máxima católica de » a Dios rogando y con el mazo dando», se puede aspirar a entrar en el reino de los cielos con un salvoconducto de ciertas garantías. En este punto, desechamos imitaciones, por favor.

Los que más saben de esto -al margen del clero- son los padres de la patria católica, esos que militan profesionalmente en el PP o en sus aledaños. El brazo político de los del incienso han bebido sobradamente de las pilas bautismales hispanas como para ser ejemplo de conducta cristiana y pía. Incluso, como refuerzo a las enseñanzas familiares, han tenido en sus colegios religiosos fuente inagotable de fe, esperanza y esa caridad tan bien entendida que comienza por ellos mismos y termina en el mismo punto de partida, curiosamente. Por tanto, hermanos y hermanas, sin ningún rubor, sin que tenga que mediar recato alguno, tomemos como enseñanza su «buen hacer» y tengamos en cuenta todo aquello que emana de esa doctrina, que es tiempo de Cuaresma, de necesario recogimiento.

Fijémonos, sin ir más lejos, en como entiende de bien eso de no levantar falsos testimonios el asesor de la Ayuso, Miguel Angel Rodríguez (MAR), una figura relevante en el arte de la difamación. Su último trabajo ha sido, como sabemos, inventarse un bulo que consistía en el relato de un supuesto asalto de periodistas encapuchados de elDiario.es a la casa de Ayuso. Y nos ha surgido a todos la lógica y elemental pregunta: ¿ cómo es posible que teniendo el rostro cubierto con una capucha se les pueda identificar como periodistas de un determinado medio? Sólo MAR lo sabe. Él, el whisky y «su» altísimo, que para eso tiene línea directa – vía la COPE- con las más altas instancias de lo celestial.

Antes de eso, como también sabemos, el propio MAR amenazó con triturar a los periodistas del mismo diario por osar comentar las andanzas del novio de la Ayuso, en un gesto inequívoco del espíritu cristiano que impregna la vida y obra de estas élites sacrosantas.

¡ Ah, hermanos y hermanas, cuánto hemos de aprender de ellos! Qué poco tenemos en cuenta que, tras el pecado, viene el perdón. De ahí esa impunidad de la que hacen gala los legionarios de Cristo del PP, tan presente en sus quehaceres patrióticos.

Por eso a Feijóo no le tiembla el pulso la presencia de tanta inmundicia. ¿ Asalto de encapuchados » perfectamente identificados» por un borracho? Bien, vale. Que la Ayuso dice que no sabía nada de las fraudulentas andanzas de su novio? También vale. ¿ Qué ahora tocar enmendar a la esposa del Presidente del Gobierno con otra canallada de fabricación propia «madera in Génova 13? Igualmente válido. Y si en medio de todo esto su portavoz en el Congreso, Tellado, dice que los socialistas son unos gilipollas por exigir una investigación general sobre la compra de mascarillas, no ha de tenerse en cuenta.

Bueno, esto último lo entiendo: no se ha de comer cerdo en Cuaresma…

Por tanto, mis queridos hermanos, pequemos, que las reservas de agua bendita son inagotables, aún en época de sequía. Además, estamos todavía en tiempo de Cuaresma, ese espacio en el que esta gentuza aprovecha para ser más bordezuela, si cabe.